El otro día estaba mirando el periódico de la Universidad CEU Cardenal Hernera, EL ROTATIVO Edición Alicante. En concreto Año VI, número 48, I Época, marzo de 2009 Periódico de distribución gratuita elaborado por alumnos de Periodismo. En dicho periódico leí un artículo que me pareció muy interesante y que os muestro a continuación. Espero que os guste.
EDUCAR LA MIRADA, UNA DIDÁCTICA PARA JÓVENES DIGITALES
Marosa Montañés Duato
Presidenta Vermás y del Observatorio de TV Responsable
Vermás, la asociación valenciana de telespectadores, y su proyecto educativo llegan en un buen momento: la sociedad demanda conocer el buen uso de Internet a través de hábitos críticos y responsables y Vermás se lo proporciona. Las posibilidades de la comunicación mediática son inmensas, y hay que saber reconducirlas al servicio de la persona y de la sociedad.
Los padres, los educadores y los grupos mediáticos deben bajar al terreno de juego de un compromiso ético y responsable, porque cuando las leyes- y son muchas las que ya existen- no funcionan, hay que bajar al terreno de la ética.
Éstos pueden ser algunos de los muchos argumentos que avalan esta cobertura social.
En primer lugar, educar la mirada. Se trata de enseñar una alfabetización mediática basada en la distinción entre imagen y realidad para evitar la esquizofrenia que las nuevas tecnologías pueden provocar en los niños y en los jóvenes.
En segundo lugar, enseñar a pensar. La seguridad en Internet no debe ser sólo externa, sino también interna, porque los filtros que funcionan son mentales, son intelectuales, aquellos que han surgido de la información, de la reflexión y de una mirada ética.
Hay que pensar con la razón, no con el sentimiento ni con las apariencias, con pensamiento propio, ser capaces de rechazar todo aquello que puede hacer daño y ser nocivo para el desarrollo de la personalidad. Y una senda es fomentar la sensibilidad y los hábitos filosóficos sobres los porqués de las cosas, enseñar los cómos, lo que subyace detrás de cada contenido audiovisual, las claves de la manipulación mediática. Se trata de motivar la actividad de las nuevas generaciones ante Internet y las redes sociales. Como le gusta explicar al director de La Monde Diplomatic, Ignacio Ramonet, “ver no es entender”, y debemos contar con que la sociedad de la información ha cambiado nuestra cabeza.
En tercer lugar, educar la afectividad según las reglas de la inteligencia emocional. Hay que pasar del casi todo vale a saber decodificar el lenguaje audiovisual con habilidades de la inteligencia y con sentido crítico. Las nuevas generaciones son grandes consumidoras de contenidos. Las redes sociales se lo dan todo, pero, a su vez, les restan capacidad de estudio y reflexión personal.
Sin miedo y conocimiento, Internet podrá convertirse en una herramienta válida, educativa y eficaz, pero hay que poner los medios.
EDUCAR LA MIRADA, UNA DIDÁCTICA PARA JÓVENES DIGITALES
Marosa Montañés Duato
Presidenta Vermás y del Observatorio de TV Responsable
Vermás, la asociación valenciana de telespectadores, y su proyecto educativo llegan en un buen momento: la sociedad demanda conocer el buen uso de Internet a través de hábitos críticos y responsables y Vermás se lo proporciona. Las posibilidades de la comunicación mediática son inmensas, y hay que saber reconducirlas al servicio de la persona y de la sociedad.
Los padres, los educadores y los grupos mediáticos deben bajar al terreno de juego de un compromiso ético y responsable, porque cuando las leyes- y son muchas las que ya existen- no funcionan, hay que bajar al terreno de la ética.
Éstos pueden ser algunos de los muchos argumentos que avalan esta cobertura social.
En primer lugar, educar la mirada. Se trata de enseñar una alfabetización mediática basada en la distinción entre imagen y realidad para evitar la esquizofrenia que las nuevas tecnologías pueden provocar en los niños y en los jóvenes.
En segundo lugar, enseñar a pensar. La seguridad en Internet no debe ser sólo externa, sino también interna, porque los filtros que funcionan son mentales, son intelectuales, aquellos que han surgido de la información, de la reflexión y de una mirada ética.
Hay que pensar con la razón, no con el sentimiento ni con las apariencias, con pensamiento propio, ser capaces de rechazar todo aquello que puede hacer daño y ser nocivo para el desarrollo de la personalidad. Y una senda es fomentar la sensibilidad y los hábitos filosóficos sobres los porqués de las cosas, enseñar los cómos, lo que subyace detrás de cada contenido audiovisual, las claves de la manipulación mediática. Se trata de motivar la actividad de las nuevas generaciones ante Internet y las redes sociales. Como le gusta explicar al director de La Monde Diplomatic, Ignacio Ramonet, “ver no es entender”, y debemos contar con que la sociedad de la información ha cambiado nuestra cabeza.
En tercer lugar, educar la afectividad según las reglas de la inteligencia emocional. Hay que pasar del casi todo vale a saber decodificar el lenguaje audiovisual con habilidades de la inteligencia y con sentido crítico. Las nuevas generaciones son grandes consumidoras de contenidos. Las redes sociales se lo dan todo, pero, a su vez, les restan capacidad de estudio y reflexión personal.
Sin miedo y conocimiento, Internet podrá convertirse en una herramienta válida, educativa y eficaz, pero hay que poner los medios.
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